NO ESPERARON EN DIOS

Los israelitas se adelantaron a Dios al organizar un ejército, planearon una estrategia y atacaron por su cuenta. Pero cuando el enemigo los vio, persiguieron a los soldados israelitas “como hacen las avispas” y los derrotaron (Deuteronomio 1:44).

He visto casos horribles de creyentes que nunca entraron en el reposo de Dios. El Señor los llevo a un lugar de severa prueba: una crisis familiar, una lucha económica, un problema matrimonial; pero ellos no aguardaron a que Dios actuara. En vez de eso, lo acusaron de negligencia y trataron de resolver su crisis por su propia cuenta. Hoy, esos creyentes no tienen reposo, ni paz, ni sentido de la presencia de Dios, y viven en constante duda. Pareciera que van de una crisis a otra y de todo lo que pueden hablar es de su último problema. Sin embargo, toda su confusión es causada por una sola cosa: incredulidad.

El salmista dice: “Acabamos nuestros años como un pensamiento” (Salmo 90:9). Este salmo está hablando inconversos. ¿Cuál es el título de lo que piensan? Todos Estos Vivieron y Murieron en Vano. Es la misma historia que oímos relatar a la gente de sus abuelos incrédulos: “Ellos vivieron todos sus años en tristeza. No hicieron más que murmurar y quejarse, y murieron solos y olvidados.”

Este es el temor de incredulidad. Corta tu historia espiritual, de tal manera que todo lo que se recuerda de ti es una vida perdida. Cuándo la generación joven de Israel pregunto qué les paso al abuelo y la abuela, se les dijo: “Ellos murmuraron y se quejaron todo el tiempo, no tenían nada por lo cual vivir, así que se sentaron y esperaron morir.”

Los verdaderos creyentes están determinados a confiar en Dios aun si su oración no es contestada. No importa si todos sus bienes les son quitados, o aun si enfrentan la muerte. Ellos desean entrar en el reposo de Dios. ¿Cuál es la evidencia de tal vida? Ellos han “reposado de sus obras” (Ver Hebreos 4:10). Ellos ya no pasan la noche despiertos, tratando de resolver sus problemas en su propia sabiduría y habilidad. En vez de eso, entregan todo a Jesús, sin importar si terminan en ganancia o pérdida. Su único enfoque es que Dios tiene un plan, y que Él lo está ejecutando en sus vidas.